Miguel Ángel

HISTORIA DE MIGUEL ÁNGEL

El día que nuestra vida y mundo se paró…

Uno nunca está preparado para escuchar un mal diagnóstico, pero algo vibra dentro cuando se intuye que algo no va bien, las horas en las que esperas que todo sea normal y te engañas con una simple intolerancia.

Llega el momento en el que los peores de nuestros temores se confirman y nos dan el palo más grande que la vida puede darte, y es cuando te dicen que Miguel Ángel tiene un tumor al que aún no le ponen nombre, pero no es bueno, y a partir de aquí, empiezan las muchísimas pruebas, hay que actuar rápido y a ciegas. Pues el tumor parece agresivo, se nos congela el corazón y se encoge el alma de pensar en su sonrisa, su pequeño cuerpecito lo que tendrá que luchar y superar. 

Uno trata de buscar información en todos los lugares posibles y también ponerse en contacto con familias que están pasando por lo mismo o han pasado y por desgracia intentar cuantificar cuántas de esas batallas han salido victoriosas. Cuáles son las secuelas, cuantas sesiones necesitará para vencer, lo que tratará de expandirse y hacerse con todo su sistema nervioso. Y lesionar todos los órganos posibles, el tumor ya tiene cogido uno de sus riñones. 
La sensación es de mucho miedo e incertidumbre, nadie tiene las respuestas que buscamos y por fuera se le ve tan fuerte y con la misma vitalidad de siempre. 

A lo largo de esta dura y muy triste historia que nos le toca vivir, siempre hay algo bueno, las personas que no conoces, amigos que conocimos, ángeles que llegaron y  se fueron, pero luchando por la vida. Llegó la quimioterapia, y con ello verle apagarse, algunas sesiones las llevábamos mejor y progresivamente se notaba el cansancio de la lucha que solo comenzaba, los cambios físicos, la pérdida de pelito, y hay que sacar de nuevo fuerzas y llevar la sonrisa por bandera para explicarle a un niño de 3 años y medio que el ratoncito Pérez necesita un encargo especial .. su pelito dorado, tenemos que donárselo para poder terminar su rincón especial. Y Miguel Ángel, es un niño, no quiere claro, ¿quién está preparado para perder todo el pelo? Para verse diferente, inflamado, dolorido, amoratado y pálido.
¡Nadie!, ni siquiera un pequeño de 3 años.

El tumor se encontraba en una zona muy complicada y perdería uno de los riñones, aún quedaba camino por recorrer, sesiones de radioterapia, inmunoterapia. El ingreso fue de 18 meses, de muchas en el que fue nuestra casa, y de vez en cuando teníamos unas pequeñas y fugaces vacaciones en las que podíamos ver a los hermanitos y familia las cogíamos con ganas Miguel Ángel se encontraba mal y teníamos que llamar de inmediato a la ambulancia para volver de nuevo al hospital después un año más con ingreso domiciliario. 

Nadie merece pasar por esta durísima enfermedad, cuanto menos un niño que está empezando a vivir, es algo que marca indudablemente tu vida y que te acompaña también con miedo hasta el final, ese miedo que nunca se irá.

A día de hoy Miguel Ángel es un niño Feliz, travieso, vivaz y muy fuerte.

En diciembre cumplirá 7 años y ha sido un auténtico ejemplo para todos nosotros, no somos los mismos que éramos cuando entramos en aquel hospital, pero como dije al principio, absolutamente todo tiene sentido para la vida de cada persona. 

Gracias, hasta siempre 🤍

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