HISTORIA DE CLAUDIA
Mi nombre es Claudia y tengo 7 años. Hace dos años fui diagnosticada con un tumor cerebral con metástasis, llamado meduloblastoma.
Ese 7 de noviembre del 2022 lo recordamos bastante doloroso ya que mi pronóstico fue de los peores, mis horas y mis minutos estaban contados.
A las 7 de la mañana entré en coma y fui operada de urgencia por una hidrocefalia que el tumor me había causado y que en esos momentos era más grave que la propia enfermedad. Entré muy grave y sin esperanzas, pero todo salió muy bien y la operación se desarrolló sin problema.
Días después me pusieron una válvula para que yo sola fuera drenando el líquido hidrocefálico de la cabeza y también fue un éxito. Tras estas intervenciones, me operaron del tumor, pero tal y como abrieron tuvieron que cerrar debido a la enfermedad que tenía tan avanzada y sólo pudieron tomar una muestra.
¡La verdad que los neurocirujanos hicieron un trabajo de 10! GRACIAS
Llegó la hora de mi tratamiento y debido a mi delicado estado y que entraba en “cuidados paliativos” decidieron darme uno para que el tiempo que pudiera vivir fuera de calidad, pero mi mamá se negó a esa situación y buscó mil sitios donde poder curarme.
Al final llegamos a la Clínica de Navarra en Madrid donde me ofrecieron un tratamiento llamado protones más quimio que creían que me podía ir bien, pero, al ser privado y bastante caro, nos derivaron al equipo especializado del Hospital del Niño Jesús.
Finalmente, como no me concedieron ese tratamiento en la sanidad pública, se hizo de forma privada con la ayuda y solidaridad de familiares, amigos y personas buenas de diversas partes.
Se movió todo el mundo para colaborar, desde redes, prensa, mi pueblo Parla y conseguimos la cantidad necesaria para poder recibir mi esperado y necesario tratamiento.
Fueron semanas y meses de mucho cansancio y miedo. ¡Pero como toda historia tiene un principio y final y mi enfermedad tuvo su final el 14 de abril del 2023! Mi cuerpo estaba limpio o en remisión completa de cáncer de metástasis y era una niña normal.
Ahora después de un año sin tratamiento estoy emocionada y orgullosa de mí por lo fuerte que llegué a ser pero sobre todo de mi mamá.
Seguimos sumando con mucha fuerza