HISTORIA DE MARIO
Nuestro pequeño Mario siempre había sido un niño muy sano, hasta que hace unos meses unos dolores horribles comenzaron en su brazo izquierdo. En un primer momento, después de varias pruebas nos dijeron que era una osteomielitis que es una infección provocada por una bacteria que penetra en el cuerpo y suele afectar a algún hueso.
A partir de noviembre, diciembre, el brazo de Mario comenzó a empeorar cada vez los dolores y la inflamación eran más y más fuertes, noches enteras sin dormir, medicamentos que no hacían efecto, dosis exageradas de antibióticos, ingresos para controlarle por vía intravenosa, y finalmente llega la operación para limpiar la infección. Pero cuando dicha operación comienza, el traumatólogo nos dice que solo han podido extraer una biopsia “porque parece algo más agresivo”.
En ese momento nuestra vida se paraliza. Mario es trasladado al hospital La Paz, donde comienzan a realizarle todo tipo de pruebas, y esta es quizás la etapa más dura, ver como a tu pequeño de tan solo 10 años recién cumplidos, se ve sometido a gran cantidad de pruebas, en esas máquinas enormes que le hacen parecer todavía más vulnerable. Comienza entonces esa horrible espera de un diagnóstico definitivo y te das cuenta de que algo no va bien, pero intentas agarrarte a esa pequeña esperanza, a pensar que es imposible que tu hijo tenga algo malo, con esa vitalidad, esa alegría, te autoengañas pensando que todo quedará en un susto hasta que finalmente llega el diagnóstico y nos dicen que nuestro hijo tiene un sarcoma de Ewing, eso que tantas veces has visto o escuchado en los medios y que lo primero que se te pasa por la cabeza es que en muchas ocasiones no ha acabado bien.
Tu cabeza se vuelve loca y lo único que quieres es no separarte de tu hijo, porque aunque suene muy duro decirlo, no sabes si en un futuro tu pequeño, él, que pensabas que podías proteger de todo, ya no estás seguro de que seguirá estando contigo. Y te preguntas mil veces “porque a él y no a mí”, pero el cáncer es así, no mira a quien elige. Y te das cuenta de que te toca asimilar y confiar en los médicos 100% y sobre todo, hacer que él siga siendo un niño en este duro proceso.
Mario comienza los ciclos de quimio, ingresos cada dos semanas, y todo lo que esto conlleva, náuseas, vómitos, debilidad, perder su bonita melena tan característica desde que era pequeño, bajadas de defensas, fiebres, transfusiones de sangre y un largo etc. Pero Mario nos está dando una lección a todos los que le rodeamos, desde el día en el que le explicaron que había unas células malas en su bracito con las que había que acabar, hasta el día de hoy que seguimos en pleno proceso.
Siempre fuerte, con su sonrisa, haciendo amistad con todos los que le están curando y acompañando en este proceso en este gran hospital que es “ La Paz”, porque lo está viviendo como lo que es “un niño” con ganas de ir al cole del hospital, de jugar, de ver al Real Madrid y a la selección española, de jugar a los videojuegos, de pelearse con su hermano, de cantar de saltar, de reírse y sobre todo de no perder esa magia tan bonita que siempre ha tenido y que ni siquiera este duro proceso le está haciendo perder.
Y eso es lo que me da fuerza a mí como madre y a todos los que le rodeamos, el pensar que si él está así que es quien lo está pasando, nosotros no podemos ser menos. Esa es la clave la actitud ante este proceso, el luchar y las ganas de vivir, porque le quedan muchísimas cosas por hacer y experimentar y por supuesto que las hará y le veremos hacerlas. Los primeros 10 ciclos han terminado con una reducción del tumor de un 83%, así que a por el siguiente paso la operación para terminar con lo que queda.
Quiero decir a todas las personas que estén pasando por algo así que lo más importante es que de verdad se crean que van a poder con ello porque cuando te dan el diagnóstico, por mucho que te digan los médicos y la gente de que tu hijo se va a curar hasta que tu cabeza no hace el “clic” de creértelo ese proceso de asimilación no cambia, ese es el punto de inflexión cuando de verdad eres tu quien cree en ello todo el proceso empieza a cambiar.
¡Vamos a por el siguiente paso SuperMario!