Me llamo Paula y en junio de 2021 me dieron la respuesta a lo que me pasaba. Después de un tiempo con mareos, cansancio y sudor frío me ingresaron para hacerme pruebas.
El resultado fue claro; Linfoma de Hodgkin. Un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático, exactamente a los ganglios linfáticos. Que te digan esta noticia con tan solo 14 años es... impactante. Lo primero que me preocupe fue por la caída del pelo, pero cuando llegó el momento fue mucho menos de lo que esperaba, me sentí aliviada incluso. Me dieron 6 ciclos de 2 quimioterapias diferentes y en noviembre terminé.
Durante este tiempo me volví mucho más madura dada las circunstancias, cambié mi círculo de amistades y me sentí perdida muchas veces. Creyeron que ya estaba limpia, pero en el primer tac de enero se reveló un tumor de 5 cm en la axila derecha más algunas captaciones alrededor del pecho y el cuello. Había recaído después de tan solo dos meses de dejar el tratamiento. El plan era cuatro ciclos más y un autotransplante. Para ello tuve que dejar mi hospital (el Ramón y Cajal) y trasladarme a la Paz, ya que contaba con una área para autotransplantes pediátricos.
Pasé los cuatro ciclos y me hicieron un pec-tac. Cuando nos llamaron para darnos los resultados no lo podría creer, ¡estaba limpia! Todo fue muy rápido, y dos días después ya estaba ingresada para el último paso, el autotransplante. Fue un mes duro y largo, pero poco a poco fui sintiéndome mejor y veía el alta a la vuelta de la esquina. Y así fue, me dieron el alta y por fin salí de la habitación la cual se había convertido en mi casa de algún modo.
Aunque esté en remisión, sigo estando en tratamiento. Cada veinte días tengo que ir al hospital para recibir inmunoterapia, un nuevo tipo de tratamiento que está siendo un triunfo para la oncología. Pero por lo menos ya puedo hacer vida normal. Este septiembre vuelvo al colegio, y aunque el verano esté bien... tengo ilusión por volver a clase después de perderme un curso.